Aparte de algunas disposiciones legales de la UE relativas a la protección del suelo y de las acciones emprendidas en el marco de la Estrategia Temática del Suelo de 2006, la UE no ha podido dotarse hasta ahora de un marco jurídico adecuado que otorgue al suelo el mismo nivel de protección que al agua, al medio marino y al aire. Sin embargo, la necesidad se ha hecho más acuciante, y los conocimientos sobre los suelos y el reconocimiento de su valor han avanzado considerablemente en los últimos años. Las presiones, expectativas y demandas sobre el suelo se han intensificado, mientras que las crisis del clima y la biodiversidad agravan la situación.
Necesitamos suelos sanos ahora más que nunca.
¿Qué es un suelo sano?
Los suelos están sanos cuando se encuentran en buenas condiciones químicas, biológicas y físicas, y por tanto son capaces de proporcionar de forma continuada el mayor número posible de los siguientes servicios ecosistémicos:
• proporcionar alimentos y producción de biomasa, incluso en la agricultura y la silvicultura;
• absorber, almacenar y filtrar agua y transformar nutrientes y sustancias, protegiendo así las masas de agua subterránea;
• proporcionar la base de la vida y la biodiversidad, incluidos los hábitats, las especies y los genes;
• actuar como depósito de carbono;
• proporcionar una plataforma física y servicios culturales para los seres humanos y sus actividades;
• actuar como fuente de materias primas;
• constituyen un archivo del patrimonio geológico, geomorfológico y arqueológico.
La próxima propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza de la Comisión tiene como objetivo restablecer el buen estado de los ecosistemas para 2050. Sin embargo, para alcanzar ese objetivo en el caso de los ecosistemas del suelo, dada la falta de una política de la UE en la materia, quedarán una serie de importantes lagunas políticas que habrá que colmar.
La falta de una legislación comunitaria específica ha sido señalada por muchos investigadores como una de las principales causas del alarmante estado de nuestros suelos. De hecho, la degradación del suelo tiene repercusiones que van más allá de las fronteras nacionales, y la falta de acción en un Estado miembro puede provocar la degradación del medio ambiente en otro. Del mismo modo, la degradación del suelo, y la respuesta desigual y fragmentada de los Estados miembros para abordarla, ha dado lugar a un campo de juego desigual para los operadores económicos que tienen que atenerse a diferentes normas sobre la protección del suelo mientras compiten en el mismo mercado.
Para hacer frente a los impactos transfronterizos de la degradación del suelo, garantizar la igualdad de condiciones en el mercado, promover la coherencia de las políticas a nivel nacional y de la UE y, de este modo, poder alcanzar nuestros objetivos en materia de cambio climático, biodiversidad, seguridad alimentaria y protección del agua, la Comisión presentará una propuesta legislativa específica sobre la salud del suelo entre 2022 y 2023 que permitirá alcanzar los objetivos de esta estrategia y lograr una buena salud del suelo en toda la UE de aquí a 2050. Esta iniciativa legislativa cumplirá los requisitos de mejora de la legislación, se basará en una evaluación de impacto exhaustiva, que incluirá un control de la subsidiariedad, y respetará plenamente las competencias de los Estados miembros en esta materia. Para determinar el alcance y el contenido de este marco proporcionado y basado en el riesgo, la Comisión emprenderá una consulta amplia e integradora con los Estados miembros, el Parlamento Europeo y todas las partes interesadas pertinentes.
Aunque existe una gran variedad en la UE, los suelos también presentan un conjunto de características comunes. Esto permite definir rangos o umbrales comunes a partir de los cuales los suelos ya no pueden considerarse sanos. Será necesario desarrollar y acordar estos indicadores de la salud del suelo y su gama de valores que deberían alcanzarse para 2050 para garantizar una buena salud del suelo, y deberían considerarse a nivel de la UE en el contexto de la Ley de Salud del Suelo para garantizar la igualdad de condiciones y un alto nivel de protección del medio ambiente y la salud. La Comisión encargará al nuevo Grupo de Expertos en Protección del Suelo ampliado que las desarrolle, basándose en el trabajo de la Misión del Suelo. La composición del actual Grupo de Expertos de la Comisión se complementará de forma equilibrada para proporcionar asesoramiento adicional. El Consejo de la Misión había defendido el objetivo de que el 75% de los suelos de la Unión Europea (UE) estuvieran sanos o mejoraran para 2030.
Conocer la salud de un suelo es muy importante para los agricultores, los silvicultores, los propietarios de tierras, pero también para los bancos, las autoridades públicas y muchas otras partes interesadas. El interés por un índice de calidad del suelo perfeccionado es cada vez mayor, por ejemplo, en el sector financiero e industrial. Algunos Estados miembros han elaborado certificados de la salud del suelo que se facilitan durante las transacciones de terrenos para informar adecuadamente al comprador. Paralelamente, tanto el sector público como el privado han desarrollado e invertido en enfoques orientados a los resultados que fomentan prácticas eficaces para la salud del suelo, la biodiversidad, la capacidad de almacenamiento de carbono, etc.