Los efectos negativos de las prácticas agrícolas actuales incluyen la erosión, la acidificación, la pérdida de materia orgánica del suelo (deshumidificación), la pérdida de la estructura del suelo, la contaminación del suelo por elementos de riesgo, la reducción de la diversidad biológica y el uso del suelo para fines no agrícolas. Todos estos efectos suponen un enorme riesgo para el desarrollo futuro de la calidad del suelo desde el punto de vista agronómico y su resiliencia ante el cambio climático previsto.
La materia orgánica tiene un papel crucial en ello. Se han encontrado correlaciones relativamente significativas con la calidad o la salud de los parámetros del suelo y la materia orgánica del suelo o alguna fracción de la materia orgánica del suelo. En particular, Carbono total, Carbono oxidable, los ácidos húmicos y fúlvicos, la relación C/N y la glomalina.
Vlček y Pohanka han investigado acerca de la glomalina, una glicoproteína producida por las hifas y las esporas de los hongos micorrícicos arbusculares (HMA), que clasificamos como Glomeromycota. La micorriza arbuscular y sus vías moleculares no son un fenómeno bien conocido y parece que muchas proteínas están implicadas en la micorriza arbuscular, de las cuales la glomalina es probablemente una de las más significativas. Esta proteína parece responsable de las propiedades químicas y físicas únicas de los suelos y tiene una relevancia ecológica y económica en este sentido y es un verdadero producto de la micorriza. La glomalina es muy resistente a la destrucción (recalcitrante) y difícil de disolver en agua. Su extracción requiere condiciones específicas como altas temperaturas y un tamponado con un pH neutro o alcalino. Debido a estas propiedades, la glomalina (o sus fracciones) son compuestos muy estables que protegen la superficie de los agregados del suelo.
Vlček V & Pohanka M. 2020. Glomalin – an interesting protein part of the soil organic matter. Soil and Water Research (2020) 15(2) 67-74