La actividad bactericida de un agente antimicrobiano se determina por su capacidad de eliminar un determinado número de microorganismos en un periodo de tiempo establecido. Pasado este tiempo, el medio de cultivo con el neutralizador es usado para inactivar el efecto residual que pudiera tener el agente antimicrobiano sobre las células supervivientes. Sin un neutralizador presente en el medio de cultivo, el agente microbiano puede inhibir el crecimiento de microorganismos viables.
Para recomendar un desinfectante o antiséptico para un determinado uso, los productos deben ser sometidos a una serie de ensayos en suspensión y en superficies en condiciones sucias y limpias. Para este tipo de ensayos, el Comité Europeo de Normalización (CEN/TC 216 desarrolló la Norma UNE-EN 13697 “Ensayo cuantitativo de superficie no porosa para la evaluación de actividad bactericida y/o fúngica de los desinfectantes químicos utilizados en productos alimenticios en la industria, en el hogar y en colectividad. Método de ensayo sin acción mecánica y requisitos (fase 2/etapa 2). Para esta norma, un desinfectante se considera eficaz si es capaz de reducir 4 unidades logarítmicas en 5 minutos.