La revisión de las actividades de conservación dentro de la política de la Unión Europea (UE-27) se basa en instrumentos normativos (es decir, instrumentos jurídicamente vinculantes como directivas y reglamentos), instrumentos basados en incentivos (por ejemplo, impuestos, sistemas de comercio de certificados y subvenciones) e instrumentos basados en el conocimiento (por ejemplo, el fondo de investigación «Horizonte Europa» y los compromisos de aprendizaje social.
Además, también se consideraron las Comunicaciones, Estrategias y Planes de Acción, que apoyan y facilitan la consecución de instrumentos políticos.
Todo ello va encaminado a la protección y mejora de la biodiversidad del suelo y, por tanto, la multifuncionalidad de los ecosistemas.
Los servicios ecosistémicos son el núcleo de las medidas de conservación del suelo, incluidos los servicios ecosistémicos relevantes para el suelo según la Clasificación Internacional Común de los Servicios de los Ecosistemas.
Los servicios se dividen en reguladores (amarillo claro) y de aprovisionamiento (amarillo oscuro). Las materias primas, la nutrición y la energía incluyen minerales y plantas cultivadas/silvestres. No se diferencia entre hábitats para diferentes etapas de la vida animal. El clima incluye la regulación de la temperatura y la humedad del aire. La calidad del suelo incluye los procesos de meteorización y los procesos de descomposición y fijación.