La agricultura industrial y convencional está basada en el labrado del suelo y la aplicación ingente de insumos. Un 38% del área de cultivo a nivel mundial está degradada debido a estas prácticas. Prácticas que han llevado a una pérdida de biodiversidad casi total en los suelos. Hecho del cual la Unión Europea se ha hecho eco y está trabajando en mejorar la biodiversidad.
Cuando tomamos una muestra de estos suelos apenas tiene vida visible y de la invisible solo se reduce a bacterias. La degradación de los suelos agrarios tiene un impacto brutal en el agroecosistema. Su cuidado es vital para recuperar los servicios ecosistémicos que nos dan y que no se reducen a la producción de alimentos.
La práctica del labrado es una de las más agresivas que se realizan en los sistemas agrarios. A continuación, exponemos aquí 10 razones por las que no hay que labrar el suelo agrario:
Basado en el artículo de Javier Sáenz de Cabezón de Clean-Biotec